Manual para el pago de una comisión en Luxemburgo

Documento de la compañía luxemburguesa Yellowstone donde consta la venta de acciones de la sociedad HLI con unas plusvalías de 700.000 euros.

Leïla Miñano
Leïla Miñano
Manuel Rico
Manuel Rico
16 mayo 2022
Una nueva investigación sobre los negocios de Orpea en Europa desvela la operación diseñada por el grupo de residencias para camuflar el pago de 700.000 euros a un comisionista francés. En la operación participaron hasta cuatro sociedades de Luxemburgo.
El perfecto manual para ocultar el pago de 700.000 euros a un comisionista usando para ello sociedades en Luxemburgo. Eso es lo que desvela una de las operaciones más sospechosas del último escándalo que afecta a Orpea, una de las principales multinacionales del sector de las residencias de mayores y que explota 52 geriátricos en España.

Un trabajo de Investigate Europe, en el que participa infoLibre como único medio español, demuestra que Orpea se ha apoyado en un oscuro holding luxemburgués llamado Lipany para su expansión en varios países europeos. Y también ha sacado a la luz diversas operaciones irregulares cometidas por sociedades que integran la trama societaria.

Pues bien, una de esas actuaciones muestra lo sofisticadas que pueden ser las operaciones diseñadas por multinacionales como Orpea para camuflar una comisión que desean ocultar en su contabilidad oficial. En sus diversas fases implicó la participación de hasta cuatro sociedades en Luxemburgo. 

A continuación, se describe paso a paso cómo funciona ese manual para comisionistas.

1. Montar una sociedad en Luxemburgo.

El origen de la operación está en una comisión que Orpea acordó abonar a Jean-François Remy, quien actuaba como intermediario para la multinacional. Su trabajo consistía en buscar centros que Orpea pudiera adquirir o conseguir las licencias necesarias para que un geriátrico pudiera operar.

En un libro de investigación titulado Les Fossoyeurs (Los sepultureros), del periodista francés Victor Castanet, Remy cuenta que en una ocasión recibió 700.000 euros como parte de una comisión por conseguir una de esas licencias, pero Orpea quería ocultar el pago a su auditor financiero. Así que la multinacional le pidió que creara una sociedad en Luxemburgo, de la que luego Orpea compraría el 49% de las acciones. "Era mucho más presentable para los auditores, ya que no se trataba del pago de una factura por "asesoramiento técnico", sino de una inversión en una empresa", explica Remy. 

El intermediario no revela en el libro de Castanet el nombre de ninguna de las sociedades implicadas, pero Investigate Europe ha logrado identificar las empresas que participaron en la operación y los documentos que avalan su versión. 

Jean-François Remy era dueño de una sociedad en Luxemburgo llamada Yellowstone SA que utilizó para constituir, el 30 de septiembre de 2010, una filial en el Gran Ducado. La denominó Health Luxembourg Invest (HLI) y se creó con un capital de 31.000 euros.

2. Orpea compra el 49% de la compañía 

El 13 de enero de 2011, Orpea decidió pagar 715.190 euros por el 49% de HLI, la sociedad constituida tres meses antes por Remy. Pero el único valor de la compañía eran los 31.000 euros aportados como capital social. Por tanto, las acciones que estaba comprando Orpea tenían un valor de 15.190 euros (el 49% de 31.000).

De ahí la cantidad que abonó Orpea: 700.000 euros de comisión, más 15.190 euros que costaban las acciones.

Para esta operación, Orpea utilizó una de las múltiples filiales que tiene en Luxemburgo. En concreto, una compañía denominada Brige SA.

Investigate Europe ha tenido acceso a las cuentas de Yellowstone –la vendedora de las acciones de HLI– y de Brige –la compradora– donde se recoge la operación.
Cuentas de Brige del año 2014 donde consta la venta de las acciones que tenía en HLI.

3. Una reventa para encubrir la operación sospechosa

Orpea había logrado pagar de forma camuflada la comisión a Remy, pero ello le había generado un problema: tenía en la contabilidad de Brige un activo tóxico, por el que había pagado un sobreprecio de 700.000 euros.

Para solucionar este problema entra en juego una cuarta sociedad, también con sede en Luxemburgo y llamada Lipany. El dueño de esta compañía es Roberto Tribuno, que en aquel momento era presidente de Orpea en Italia. Y, como desvela la investigación, Lipany es la matriz de un holding con más de 40 filiales que han hecho negocios con Orpea en Francia, Italia, Bélgica y Alemania.

En 2014, Lipany le compra a Brige el 49% del capital que tenía en HLI. Y lo hizo exactamente por el mismo precio que en la primera operación: 715.190 euros. 

Ese mismo año, Lipany depreció el valor de esta inversión en sus libros, admitiendo que el valor real de HLI era casi nulo. 

Orpea había solucionado el agujero en sus cuentas, gracias a que Lipany acudió a su rescate.

Cuentas de Lipany de 2014 donde figura la adquisición de las acciones de HLI y su depreciación casi total ese mismo año.

Parece lógico pensar que Orpea le pagó ese favor a Tribuno, pero es algo que Roberto Tribuno no ha querido explicar. A preguntas de Investigate Europe, Tribuno señaló lo siguiente sobre la compra del 49% del capital de HLI, que a día de hoy sigue perteneciendo a Lipany: "Health Luxembourg Invest fue adquirida con el fin de desarrollar nuevas actividades en Luxemburgo. No conozco al señor Remy, y mucho menos a su empresa Yellowstone SA. Y no tengo conocimiento de ningún pago de comisiones". De acuerdo con esta versión, Tribuno adquirió la compañía para desarrollar nuevos negocios, pero el mismo año que compró las acciones por 715.190 euros se dio cuenta de que no valían prácticamente nada.

Por su parte, Jean-François Remy confirmó a Investigate Europe el cobro de los 700.000 euros a través de Brige, la filial de Orpea.

Más allá del caso concreto de Remy, este tipo de operaciones suelen plantear problemas en el terreno tributario. Hacienda regula en todos los países qué ingresos debe declarar una persona como renta personal y qué se puede atribuir a una sociedad. En muchos países de la UE, entre ellos España, el tipo impositivo para un ingreso de 700.000 euros sería más del doble como renta personal que como sociedades. A ello se suma otra circunstancia: la mayoría de las empresas afrontan gastos que no tiene una persona física y que reducen el beneficio final, que es la cantidad por la que se paga impuestos. Por ejemplo, la luxemburguesa Yellowstone SA abonó en impuestos en 2011 –el año que ingresó los 700.000 euros de comisión– un total de 21.637 euros.

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