Los objetivos de la Unión Europea y sus Estados miembros son claros: alcanzar la neutralidad climática para el año 2050 y limitar el calentamiento a un máximo de dos grados centígrados. Pero, al mismo tiempo, se están planificando y construyendo proyectos de gas natural en toda Europa. 

"Natural" puede ser un término engañoso al hacernos creer que no es perjudicial. La industria del petróleo y del gas seguramente quiere que lo veamos así. Lo cierto es que sigue siendo un combustible fósil y produce "alarmantes emisiones de metano", según alertan los expertos. Investigate Europe analizó las inversiones en gas para entender por qué Europa vuelve a actuar en contra de sus propios objetivos climáticos. Lo que descubrimos es lo siguiente:

• Hay en marcha nuevos proyectos de gas por valor de 104.000 millones de euros, la capacidad de las terminales de GNL (gas natural licuado) aumentará un 54% y se prevé construir 12.842 kilómetros más de gasoductos.
  
• Existen 32 proyectos de gas considerados subvencionables por la UE. 
  
• El Tribunal de Cuentas Europeo advierte de que la Comisión ha sobrestimado repetidamente la demanda de gas en los últimos diez años.
  

Pero, ¿por qué?

Las respuestas que encontramos son una mezcla de capacidad de influencia masiva de los grupos de presión, batallas geopolíticas y dependencias económicas en toda Europa.